martes, 17 de agosto de 2010

Amor sincero

Por vez número veinte volvió a pensar en ese ser que tanto amaba.
Podía sentir sus cabellos, sin duda se trataba de alguien muy especial.
Sin él no podría seguir viviendo ni un minuto.
Se quiere.

Nada

Romualdo Pensanti era un tipo reflexivo, le gustaba analizar la realidad desde diversos puntos de vista.
Se consideraba a si mísmo un filósofo, un librepensador, alguien que dependía de su sentido crítico y su posición ideológica en todos los actos de su vida.
Cualquier tema era motivo para las más profundas e intríncadas elucubraciones.
Todo está comunicado. "Lo que es arriba es abajo". No hay cosas banales, hasta cuando uno se lava los dientes fija una posición.
Apartando sus sentimientos más emotívos, quitando de cuajo sus más carnales emociones, Romualdo fué dándole a la "Diosa razón" toda su existencia. Pienso, luego existo sentenciaba ante cada hecho banal que no merecía más de dos pensamientos, esto poco a poco lo fué volviendo lejano, inaccesible, en definitiva irremediablemente solo.
Hasta que un día ya totalmente desconectado del mundo, mirando un cabello enredado en su peine, sentenció... meditando profundamente sobre este tema he llegado a la conclusión de que no somos nada... Y ahí mismo desapareció.

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