domingo, 8 de julio de 2007

historias del mediohuevo



Exageran con el valor del medioevo. Si pudiera mandar
a todos los que se ponen románticos con una época
dorada de la historia a ese lugar, estoy seguro que
no aguantarían ni un día sin agua corriente, televisión,
café. té, chocolate, azucar , aspirinas o cigarrillos.
Comiendo todo los días lo mismo, por que ni siquiera
los reyes comían como nosotros.
El fin de la esclavitud, los derechos de las mujeres,
los de los niños, el voto universal, todas realidades de
nuestro presente. Yo me pregunto ¿con que se excita
esta gente? si quieren cruzadas, que vayan a Irak.
Si quieren jurar lealtad a un conde que se hagan de
alguna mafia (cartel de droga, trata de blancas,
partidos políticos, sindicatos, iglesias varias,etc.)
Si quieren ser campesinos que se vayan a la montaña
a cuidar cabras, que todavía hay muchas. También
hay monasterios, si les gusta ser monjes.
Yo quizas aguantaría, aburrido, pero aguantaría. Lo
que les aseguro es que a pesar de todas las pálidas
del presente no lo cambio por nada. Lamento pincharles
el globo, el medioevo apesta. No hablemos de los que
se copan con los griegos y romanos, el pasado es mejor
enterrarlo, ir al museo y admirar lo que quedó pero sin
nostalgia, amigos. Por eso, los fanáticos a ultranza del
mediohuevo me tienen lleno.

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